Huelga EIR Andalucía (Día 3)

En entradas anteriores nunca os había comentado, que además del periplo por los diferentes Departamentos de los que fui alumna interna, desde 1º era asidua en las Asambleas de Facultad.

En aquellos tiempos, como ahora (me consta), el quorum nunca era suficiente; como mucho había 25-50 estudiantes de los 1200-1400 que podíamos ser en total.

Sólo recuerdo dos asambleas a lo largo de la carrera en la que se llenó el aula magna hasta no caber más gente. Justo las dos en las que se quería decidir si se hacía huelga o no, o buscar una manera alternativa de protestar. En ambas ocasiones la gente iba para gritar que no se hiciera huelga, que no querían perder su derecho a ir a clase, que no querían perder prácticas, que no querían dejar de hacer parciales, que no querían… Y nunca se hacía nada…

A toro pasado, una vuelve la vista atrás y ve que perder un parcial de Fisio, una práctica de Biología, de Pediatría o de Cirugía no era nada relevante, porque a veces había que repetir asignaturas, la práctica no te servía de mucho o tenías que presentarte al final. Pero -psicológicamente- para el estudiante de Medicina medio es muy duro suspender: han sido los mejores de su promoción de Secundaria, los mejores de la Selectividad y por lo general acaban la carrera a curso por año.

En el tercer día de huelga, comentaba con alguno otro asiduo a las Asambleas de Facultad lo asombrada que estoy de ver el seguimiento que está teniendo la #huelgaEIR  entre los Residentes, que no dejan de ser esos mismo alumnos que antes no querían perder clase o preferían hacer estúpidos trabajos antes que pedir un tribunal de corrección.

Está claro que no es lo mismo. Ahora también hablamos de formación, pero en un contexto completamente diferente. Lo que perdemos no es una convocatoria, lo que perdemos es dinero, dignidad profesional y oportunidades de futuro. De ese futuro que nos ganamos a base de tragar ruedas de molino mientras éramos estudiantes. ¡¡YA ESTÁ BIEN!!

Hoy me he sentido orgullosa de todos mis compañeros. De los médicos, de los enfermeros, de los psicólogos, de los farmacéuticos, de los biólogos… De todos los que el día de mañana aspiramos a cuidar de la salud de todos, tengan trabajo, cobren un subsidio o estén tirados en la calle.

Está claro que cuando queremos, hacemos las cosas. Porque las sabemos hacer. Y bien.

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Los EIR que seguimos en huelga (3 días ya) hoy nos hemos dirigido a la puerta del Hospital Universitario Virgen Macarena para hacer una cacerolada e informar de los motivos que nos llevan a estar de huelga.

Otro día más, los paciente, los acompañantes, los transeúntes y el resto de personal sanitario nos demuestra su apoyo: dedicándonos frases de aliento, aplaudiéndonos al paso o en las redes sociales. Una compañera y yo casi nos echamos a llorar, repartiendo información, cuando una señora nos ha animado a que sigamos adelante mientras un trabajador del Mercadona que hay frente a la facultad nos intentaba echar del área de la puerta del supermercado. ¡¡Y eso que estábamos en la calle!! Inmediatamente otro cliente ha salido y ha dicho que de donde estábamos no nos podían echar. ¡OLE!

Después hemos tenido la Asamblea Provincial de cada día, decidiendo que mañana iremos al autobús que el Centro Regional de Transfusiones pondrá en la Plaza de San Francisco para donar nuestra sangre de manera conjunta. Bajo el lema «Antes que te chupen la sangre, ¡DÓNALA!» animamos a quien quiera -sea o no- Residente o Sanitario, que se sume a este gesto solidario.

Empezamos el 4º día y las adhesiones van en aumento. ¿Será cierto que hay colectivos que piensan sumarse al movimiento?

¡¡QUE NADIE NOS DIGA QUE NO PODEMOS HACERLO!!

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